Masculinidades Liberadoras

En un mundo donde los roles de género tradicionales han limitado tanto a mujeres como a hombres, surge el concepto de masculinidades liberadoras, una propuesta que busca romper con los mandatos tóxicos y construir identidades masculinas más libres, empáticas y equitativas.

Quizás a oídos de muchos el término sea un tanto novedoso, por lo que llevaría a pensar qué son las masculinidades liberadoras y cómo vivirlas. En el proceso de entender las diversas manifestaciones del ser masculino, está el proceso quizás más doloroso y difícil de desprender de nuestra piel: la desconstrucción de la heteronorma.

Son formas de entender y vivir la masculinidad que, rechazan la violencia física, emocional y simbólica, promueven la igualdad de género, compartiendo roles domésticos, afectivos y de cuidado. Además, fomentan la expresión emocional, permitiendo a los hombres conectar con su vulnerabilidad sin miedo al juicio.

Romper con estereotipos como el "hombre proveedor", el "macho dominante" o el "varón emocionalmente frío", es necesario porque la masculinidad tradicional ha generado daños: altas tasas de violencia de género, represión emocional, riesgos en salud mental (depresión, suicidio) y dificultades en las relaciones humanas.  

Los hombres también padecen el sistema patriarcal, aunque sean privilegiados en otros aspectos. Una sociedad más justa requiere hombres aliados en la lucha feminista y en la deconstrucción de roles nocivos.  

Entonces, ¿cómo construir masculinidades liberadoras? Educando en igualdad, enseñando desde la infancia que los hombres también pueden ser sensibles, cuidadores y cooperativos. Deconstruyendo mitos y cuestionar frases como "los hombres no lloran" o "tienes que ser fuerte". Asumir responsabilidades domésticas y de cuidado.  

Contrario a lo que quizás pueda generar este comentario en los lectores, las masculinidades liberadoras no buscan "debilitar" a los hombres, sino fortalecerlos desde lo humano, permitiéndoles amar sin controlar, llorar sin vergüenza y relacionarse sin violencia.